La Sonora Montonera, agrupación alternativa de la OSIM que revela el potente corazón musical de sus integrantes
Con libertad total y el simple afán de “compartir buenos momentos

Sin prejuicios y etiquetas formales -en los ratos libres que quedan entre ensayos matutinos y vespertinos- hace más de 15 años nació la Sonora Montonera, un grupo musical alternativo de la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) que aparece los últimos días del Campamento de estudios para llenar de gozo y alegría la última noche de las niñas, niños y jóvenes de la OSIM, quienes expresan genuinamente el color, potencia y estilo musical que habita en sus corazones, dentro del escenario o en la pista de baile.
No se trata de un grupo de covers o versátil, la Sonora Montonera es la paráfrasis melódica de lo que viven, sienten y son cada uno de las y los OSIM, quienes guiados por algunos maestros de instrumento de aliento–madera y aliento–metal, se juntan dos o tres sesiones para compartir música de diversos estilos y géneros. Le “echan montón” a todos los sentimientos que brotan de su corazón y desde su médula.
Los maestros de las secciones de clarinete y trombón -Ismael Sánchez y Fernando Islas- han liderado esta entrañable agrupación en la que han participado un sinnúmero de clarinetistas, trompetistas, trombonistas, tubistas y percusiones de la OSIM, a la que también se han unido miembros del staff del Sistema Nacional de Fomento Musical (como el bibliotecario y diversos tutores), además de maestras como Paulina Calixto, quien contagiada por el entusiasmo de esta convivencia musical exploró por primera vez estilos de música popular como la salsa, la cumbia, el danzón, entre otros.
Para integrarse a la Sonora Montonera, Paulina cuenta que “estudió”, escuchó y vio videos de orquestas y grupos de cumbia y salsa para contagiarse del ritmo, ya que es la primera vez que tuvo la oportunidad de tocar esta música. “Ha sido divertido tocar con las niñas y niños de OSIM, es un momento único”.
El objetivo y pertinencia de esta agrupación ha sido la diversión de todas y todos; el momento alternativo a los ensayos y sesiones de montaje musical, en el que tanto las y los docentes como las y los niños siguen tocando sin las reglas y puntuaciones que marca la música, explica el maestro Ismael Sánchez. “Aquí, todas y todos se dejan llevar por la música de una manera genuina. Después del trabajo que exige el repertorio musical en cada gira de la OSIM, la Sonora Montonera es un espacio donde nos permitimos (sin prejuicios) interpretar la música que nos gusta en la vida cotidiana”.
Y es que la Sonora Montonera es ecléctica y lúdica, ya que permite a las y los OSIM exhibir sus habilidades interpretativas y expresivas como todas unas show-women o show-men. “Aquí hemos tenido grandes revelaciones de niñas y niños que además de tocar un instrumento, cantan con mucho sentimiento y jícamo canciones de cumbia, salsa y pop como todas (os) unos profesionales”.
Desde la primera reunión o encuentro de esta entrañable sonora, todo el equipo que hace posible este campamento, junto con maestras, maestros, las y los OSIM’s le echan montón -de ahí su nombre, explica el maestro de clarinete-. “Todas y todos somos cómplices para lograr esta agrupación. El maestro Fernando es quien nos ayuda a decidir el repertorio; en años recientes las y los integrantes de la orquesta han hecho su propuesta, aquí todo esta consensuado”.
Por otra parte, el maestro Ismael explica que para quienes forman parte de la Sonora Montonera, ha sido una experiencia de tránsito y exploración hacia otros géneros. “Algunos maestros, además del ámbito sinfónico, hemos caminado por la ruta de la música popular, así como algunas y algunos de los miembros del OSIM, y otros que, estando aquí contagiados por todo el ambiente festivo se han acercado a este estilo musical.
Con la Montonera nos divertimos todas y todos; ejecutar ese repertorio nos revela que lo popular y lo sinfónico se complementan y son lúdicos.
Que la Sonora Montonera sea la que corone la última velada del Campamento de estudios de la OSIM no es raro, porque hoy día es el momento de la liberación y desahogo energético para toda la orquesta después de dos semanas de prácticas musicales intensivas y en el que la complicidad se percibe desde la primera nota interpretada y bailada.
CBMR