El peso de una tuba me enseñó que no es impedimento para tocarla, aprendí que la fuerza de las mujeres resuena cuando se rompen estigmas

Alondra Mendoza, integrante de la Banda Tradicional Comunitaria de Mujeres Indígenas

Entrada: El peso de una tuba me enseñó que no es impedimento para tocarla, aprendí que la fuerza de las mujeres resuena cuando se rompen estigmas

Alondra Mendoza es consciente de que cuando suba al escenario de la Fiesta de Culturas Comunitarias 2025, Yoltlajtoli: Voces Vivas no sólo llevará consigo su tuba, sino que es el puente para transmitir un mensaje de una mujer y una música en formación, que hoy participa en la Banda Tradicional Comunitaria de Mujeres Indígenas, portando consigo una historia de origen, territorio e identidad, cualidades que para ella representan una gran oportunidad de resaltar que las mujeres también son pilares en la música dentro de sus comunidades.

Ella ha desarrollado su trayectoria en la Orquesta Comunitaria Lomas del Paraíso, impulsada por el Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM), como parte del Programa Cultura Comunitaria perteneciente a la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Como parte de esta agrupación es donde ha aprendido que la música puede ser una práctica colectiva y comunitaria; pues, tocar en la orquesta significa escucharse a sí misma, compartir y aprender. Fue su tío, quien es músico y maestro de trombón y tuba, la inspiración para tocar la tuba. Inició su aprendizaje instrumental con el trombón pero después se cambió de instrumento porque necesitaba algo más y decidió cambiarse a la tuba: por su sonido profundo y la presencia que implicaba. 

Aunque algunas y algunos todavía piensan que es un instrumento para hombres, Alondra lo lleva con seguridad: para ella, los 12 kg que pesa no representa un obstáculo, sino parte del orgullo de tocarlo.

Ella es originaria de Guadalajara y en su comunidad las costumbres son parte de su cotidianidad. Alondra se expresa con cariño sobre la comida tapatía, sobre las fiestas locales, sobre el ambiente familiar y sobre cómo todo ello, junto a las expresiones culturales, tejen un todo compartido que le da un sentido a su identidad. A pesar de que su comunidad no tiene hablantes de lenguas indígenas, al integrarse a una banda donde se habla con las herencias de los pueblos originarios, tiene la posibilidad de comprender y reconocer que la cultura es diversa y es importante mantenerla viva.

La invitación a unirse a la Banda Tradicional Comunitaria de Mujeres Indígenas la hizo sentir nerviosa y emocionada por ser la única mujer tubista de la Orquesta Lomas del Paraíso. Tenía muchas dudas junto con la convicción de ocupar un lugar para poner en grande a las mujeres en la música. Actualmente sabe que fue la mejor decisión que pudo tomar; ya que estar con más niñas y jóvenes de otros estados, compartir música y técnicas diversas, aprender de otras tradiciones, compartir las propias, le hizo sentir que la fuerza colectiva de las comunidades se va construyendo con mujeres que cargan cultura,  memoria y territorio.

Para ella, tocar un repertorio tradicional  con letras en lenguas indígenas es un acto de respeto: aunque una no hable ni una palabra, sabemos que forman parte de la historia del país y que interpretarlas ayuda a mantener vivas esas raíces. Por eso, afirma que su tuba también es una voz: que acompaña, sostiene y transmite emociones y mensajes.

Rumbo a la Fiesta de Culturas Comunitarias 2025, Yoltlajtoli: Voces Vivas, el 22 de noviembre en el Zócalo de la Ciudad de México, ella imagina un momento que recordará toda la vida: más de mil niñas, niños y jóvenes tocando juntos, la explanada llena, el Palacio Nacional como fondo, y su familia entre el público. Imagina también que alguna niña vea cómo toca este instrumento de aliento-metal y piense que ella también podría hacerlo. Ese pensamiento, más que cualquier aplauso, le da sentido a su camino.

Porque en Yoltlajtoli, Alondra no solo interpretará música: mostrará que las mujeres son portadoras de cultura, de historia y de futuro; que toman el escenario con fuerza propia; y que, cuando levantan sus instrumentos, también levantan la memoria viva de sus comunidades.

                                                                              LARR