El Semillero Orquesta Sinfónica Comunitaria Bonfil, de Acapulco, Guerrero, en 13 años ha logrado que florezca y renazca el amor por su identidad comunitaria

Su director, Jesús Raymundo García Peña subraya que este acercamiento a sus raíces culturales, a través de la práctica musical colectiva, también ha integrado a las familias en esta labor para fortalecer el sentido de pertenencia de esta colonia

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En marzo pasado, el Semillero Orquesta Sinfónica Comunitaria Bonfil sumó 13 años de fundación. Tiempo en el que este ha sido un espacio de formación y encuentro para cientos de niños, niñas y adolescentes de la colonia Bonfil, en Acapulco, Guerrero, donde, a decir de su director musical, Jesús Raymundo García Peña, uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado como director de esta orquesta es el estigma que aún rodea a las artes: esa creencia de que dedicarse a la música no es un camino que pueda sostenerte a futuro. 


Ante ello, ha buscado que las y los integrantes del semillero aprendan a valorar lo que hacen, a reconocer que su esfuerzo tiene un sentido y que “lo que hacen vale la pena”. Con el tiempo, esta visión no solo ha impactado a los estudiantes, sino también a sus familias, quienes han comenzado a mirar el trabajo artístico con otros ojos. 


Para el maestro, este cambio de mentalidad es fundamental, pues está convencido de que una verdadera educación integral requiere de la participación conjunta de maestras, maestros y padres de familia. Solo así, complementando desde distintos frentes lo que cada niño y niña aprende, se logra fortalecer no solo su formación musical, sino también su desarrollo personal y comunitario.


Desde el inicio, también buscó transmitir valores que acompañen la formación musical. Uno de los más importantes es el trabajo en equipo, pues en una orquesta todos se acompañan: cada músico y cada música aporta su sonido para construir, junto con los demás, una armonía compartida. Esa misma idea de colaboración se refleja en la vida cotidiana de la comunidad de las y los integrantes de esta orquesta comunitaria, pues han demostrado, en más de una ocasión, que la cooperación va más allá de la música; cuando se han presentado desastres naturales, han sabido unirse, apoyarse y salir adelante juntos. Así, lo que aprenden en el salón de ensayos se convierte también en una enseñanza de vida que fortalece a toda la comunidad.


Además de trabajar en el perfeccionamiento de sus habilidades musicales, las y los integrantes de la orquesta tienen la oportunidad de participar en diferentes presentaciones y conciertos, tanto en la comunidad de Bonfil como en diversas partes del país. Uno de los próximos eventos en el que estarán participando es el festival “Son Resistencia” este sábado 6 de septiembre en Los Pinos, con un repertorio lleno de canciones que representan la identidad guerrerense. La importancia de este programa para las y los integrantes de esta orquesta radica en el acercarse a sus raíces, pues como comenta el director Raymundo “casi no conocen lo que es su música [...] y qué mejor manera de hacérsela sentir, que tocándola y comprendiéndola. Porque te aseguro que esos niños, cuando crezcan, les enseñarán a sus hijos esta música”.


El participar junto a artistas como Alejandra Robles “La Morena” o el colectivo Altepee representa una oportunidad invaluable para que las y los jóvenes músicos refuercen sus raíces y reconozcan la influencia afromexicana presente en las composiciones que interpretan “en ese sentido sí siento que hemos logrado [en la orquesta] que nazca o renazca en ellos el amor por su música, por su pueblo y por su gente. Siempre les digo a las y los chicos que lo único que tenemos es nuestro legado cultural, debemos preservarlo, pero también enriquecerlo y hacer nuestra aportación” explica el director Raymundo.


Para el maestro, este es un proceso en el que alienta a sus alumnos y alumnas a que vayan más allá de lo conocido “Ese es mi mayor gusto, el ver que el contacto con la música, el arte y las enseñanzas de los maestros sí les cambian la manera de pensar y ver la vida, y de las aspiraciones que pueden llegar a tener más adelante como adultos”. Así, cada proyecto, cada concierto y cada ensayo es un paso más hacia un futuro lleno de posibilidades con la música como motor de cambio.                                                                                                                 

                                                                                                                                MGTNO