Me siento privilegiada por tener formación en arpa tradicional, me conecta con lo que soy: Jaqueline Aguirre García
La joven arpista e integrante la Orquesta Escuela Carlos Chávez, formará parte de la Orquesta Juvenil Iberoamericana que se reunirá en Panamá del 14 al 21 de septiembre

Aunque hoy domina el arpa de concierto - con sus siete pedales y la enorme exigencia física y mental que implica - la historia de Jaqueline Aguirre García comenzó con el arpa jarocha, a los seis años. “Era más libre, de juego y diversión. Después pasé al arpa clásica y fue complicado, porque aunque parecen hermanas, requieren fuerzas y técnicas distintas”, recuerda. Sin embargo, ella nunca ha dejado de ver esa diversidad como una ventaja: “Me siento privilegiada por tener formación en arpa tradicional, eso me conecta con lo que soy y me permite sorprender al público, sacándolo de los estereotipos de que el arpa solo es tranquila o celestial. También puede ser fuerte, brusca, con carácter”.
Su decisión definitiva de dedicarse a la música clásica llegó cuando participó por primera vez en la Orquesta Infantil de México (OSIM). En este espacio descubrió que su lugar estaba ahí y que quería ser parte de la Orquesta Escuela Carlos Chávez. Desde entonces, su disciplina se refleja en cada reto que asume: desde preparar en tres días una audición como lo fue para la Orquesta Juvenil Iberoamericana (OIJ) con obras de Scarlatti y Glinka, hasta sostener con su sonido la fuerza de decenas de músicas y músicos en una orquesta.
Hoy la joven arpista mexicana, acaba de alcanzar un logro que marcará su camino musical, fue seleccionada como una de las dos representantes de México en la OJI 2025, que reunirá en Panamá del 14 al 21 de septiembre, a músicas y músicos de todo el continente. “Me siento muy privilegiada porque sé que tengo muchos compañeros muy capaces de poder hacer un gran papel en esta orquesta, pero también muy feliz, con toda la intención de hacer el mejor trabajo posible”, comparte. Para ella, tocar obras como La leyenda del Urutaú de Gilardi o Dichosos fui de Jesús Alas en un escenario internacional no solo es un reto, sino también un reencuentro con las raíces folclóricas que marcaron sus inicios en el arpa.
El camino que la llevó a esta oportunidad tiene un punto medular: su formación en la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh). Desde 2021, Jaqueline forma parte de este programa único en México por su metodología 100 por ciento práctica y enfoque orquestal. “En La Chávez nos hacen ser músicos muy prácticos y versátiles. Yo he visto los frutos en este tipo de método de enseñanza, porque el nivel de exigencia es altísimo y eso me ayudó a ingresar a la OJI”, explica. La rutina de ensayos, conciertos y clases, así como el acompañamiento de sus maestros, fueron el terreno fértil para que pudiera destacar en un concurso internacional de tanta competencia. Su maestro Baltazar Juárez, a quien buscó desde que decidió dedicarse al arpa clásica, ha sido un referente constante: “Siempre me motiva, me dice que lo haga pase lo que pase. Me da confianza para dar cada paso”.
Detrás de su esfuerzo, hay una red de apoyo fundamental. Su madre, a quien describe como su “fan número uno”, ha estado siempre al pendiente de cada ensayo, audición y concierto. También siente que la música es un legado familiar; aunque su generación pasada no se dedicó profesionalmente, su bisabuelo fue saxofonista y su madre también tocó el instrumento. “Ya lo traía en la sangre”, sonríe.
Hoy, de cara a Panamá, Jaqueline sabe que el reto no solo es musical, sino también personal, como es adaptarse a un nuevo ambiente, a un instrumento prestado y a compañeras y compañeros de múltiples países. Lo asume con entusiasmo, quiere aprender de sus colegas, hacer comunidad y representar a México con orgullo. Su mensaje para otros jóvenes músicos es claro: “No se dejen intimidar. Aunque falten espacios, instrumentos o recursos, siempre hay que buscar ayuda y apoyarnos como comunidad. Mis maestros, compañeras de generaciones anteriores siempre me han respaldado y eso me ha dado la fuerza para seguir”.
Sobre su experiencia en este encuentro como representante de México, ella compartió: “Lo que más deseo es que me recuerden como una persona orgullosa de mi país y de su formación, y que en Iberorquestas puedan ver el talento de México. Para mí, es la puerta hacia nuevas decisiones, nuevos caminos y nuevas formas de entender la música en comunidad”.
LARR