Que la música tradicional mexicana se viva todos los días es el deseo del joven salterista Héctor Emanuel Larios Barrientos

El músico de 22 años participa en concierto con la Orquesta Escuela Carlos Chávez este fin de semana.

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¿Alguna vez has escuchado “Jesusita en Chihuahua” o “Sobre las olas”? En ambas piezas suena el salterio, un instrumento de cuerdas pulsadas que, aunque no tiene la misma fama que el violín o el piano, ha acompañado durante siglos la música tradicional mexicana. Hoy, este instrumento también comienza a hacerse un espacio en el repertorio de concierto, y lo hace gracias a intérpretes jóvenes como Héctor Emanuel Larios Barrientos, quien decidió darle voz al salterio y convertirlo en su camino musical.


Héctor creció en una familia donde la música siempre estuvo presente: su padre es pianista y su madre salterista, por lo que desde niño estuvo rodeado de música, ensayos y partituras. Aprendió tanto a tocar el piano como el salterio, sin embargo, mientras el piano le resultaba más familiar y con un repertorio inmenso ya establecido, el salterio representaba algo distinto: un desafío, un terreno menos explorado que le permitía experimentar y construir su propia identidad musical.


El joven músico reconoce que la cualidad del salterio que terminó por atraparlo fue esa posibilidad de innovar: de rescatar un sonido de tradición histórica muy rica, y al mismo tiempo experimentar otros actuales, a través de obras de música contemporánea. 


De esta manera, lo que Héctor empezó en su infancia entre teclas y cuerdas, se transformó en una elección de vida. Y hoy, su carrera está marcada por la decisión de darle un nuevo lugar al salterio en los escenarios y de mostrar que, aunque poco conocido, este instrumento puede dialogar tanto con la tradición como con la innovación.


Más allá de su papel dentro de la música tradicional mexicana, para Héctor el salterio representa algo mucho más profundo: “es un eco de lo que México era durante el siglo XIX y parte del siglo XX”. En sus cuerdas escucha no solo melodías, sino también fragmentos de historia que permiten asomarse a cómo se vivía y se sentía la música en distintas épocas del país.


Por eso, el interés del joven salterista no se limita únicamente a interpretar el repertorio ya existente. Para él es igual de importante difundir las obras tradicionales donde el salterio ocupa un lugar central, como impulsar la creación de nuevas composiciones que lo incluyan. Ambas cosas, dice, significan abrir una puerta para comprender y valorar la historia musical de México desde otra perspectiva.


Cuando Héctor toca, busca que su instrumento cree una ilusión: transportar al público a los tiempos en que esas piezas eran parte del día a día. Esa posibilidad de viajar en el tiempo es lo que ha convertido al salterio en una de sus pasiones más grandes. Al interpretar obras que llevan más de un siglo de existencia, como el vals “Xochimilco”, siente que cada nota conecta el presente con ese pasado, y que en cada ejecución revive un pedacito de la memoria musical del país.


Y es justo lo que Héctor busca transmitir en el concierto “Música mexicana”, donde será solista invitado de la Orquesta Escuela Carlos Chávez con la obra “Fantasía para salterio y orquesta: Ilusión y Remembranza” del compositor Francisco Núñez. Además de que su intención es que el público se acerque a la música mexicana más allá del festejo del mes patrio, despertando una curiosidad auténtica por sus raíces.


Rodeado del entusiasmo de las y los jóvenes músicos de la orquesta, Héctor encuentra la energía que lo inspira a seguir difundiendo este instrumento. Y espera que esa misma emoción motive a nuevas generaciones a atreverse a descubrir y valorar el salterio como parte viva de nuestra identidad musical. Porque, al final, el salterio no solo suena: también cuenta la historia de un México que sigue vibrando entre pasado y presente.

                                                                                                                                            MGTNO